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Ayer bajé a la playa, directo a donde aparco siempre, un aparcamiento municipal que tiene una plaza para personas con movilidad reducida.

Al llegar, me encuentro dos coches en la plaza. Iba a marcharme, pero me bajé del coche para ver si esas personas tenían tarjeta de estacionamiento. Ninguno de los dos tenía.

Me dice mi amigo que no me preocupe, que aparque en otro sitio y listo. Pero en ese momento estaba muy cabreado, así que decidí parar delante de ellos obstaculizando su salida, y llamé a la policía local.

Tardaron en llegar, comprobaron que ellos no tenían tarjeta y yo sí. Me dijeron que la grúa aún iba a tardar un poco, que si no quería esperar tenía otra plaza en la calle de al lado, y se acercaron a ver si estaba vacía. Que fuese a aparcar allí y a disfrutar de la playa, que había hecho bien en llamarles, pero era tontería que esperase más estando ya ellos allí a la espera de la grúa.

Mientras esperaba por la policía, varias personas se acercaron a preguntar qué pasaba, y me felicitaron por haber llamado. Que la gente tiene muy poco respeto. Y, sinceramente, a mí me cabrea mucho. Yo les cambio su salud por mi tarjeta más que encantado.

Excelente forma de proceder.

Si todo el mundo hiciera igual y dejásemos de tener vergüenza a la hora de señalar abiertamente a los caraduras, la falta de civismo que impera en la sociedad se vería reducido enormemente.