Es más, hay segmentos donde el diésel ya casi ni se ofrece (Twingo, Up, Panda...) o la presencia es cada vez menor (Ibiza, Clio, Corsa...).
Incluso en compactos los diésel en julio los diésel han vendido casi lo mismo que los gasolina. De todas formas, se ve que cuanto más caro es el coche, más diésel se vende. Entiendo que el menor consumo de los gasolina, unido a un coste de mantenimiento cada vez mayor en los diésel, hace que el valor del menor consumo y coste de combustible del gasóil pierda peso a la hora de comprar y no compense el precio de compra más alto.
Pero en coches caros, donde la diferencia en consumo es mayor, el coste de mantenimiento importa menos, la diferencia de precio es menos relevante frente al precio total del coche y el uso pueda adaptarse más al diésel, pues aún mantiene la ventaja para los petroleros.
Esto se ve muy claro con los SUV. En compactos, el diésel ha vendido un 16% más hasta agosto. En los SUV compactos, la diferencia es del 39%.
Entre los utilitarios (Clio, 208), en turismos es al revés, los gasolina se venden un 323% más. Más del triple. Pero en los SUV pequeños (Captur, 2008), la diferencia es de menos del 7%.
En coches más caros, los diésel son legión. Por ejemplo, en el segmento D (A4, Mondeo...) el diésel vende 8 veces más. En el F (clase E, Serie 5) son casi 12 veces más.
Entre los SUV tipo Kodiak, Forester, 5008.... la diferencia es de casi 6 veces.
En fin, que es una evolución lógica. Los coches gasolina, cada vez consumen menos y el consumo es menos importante a la hora de decidir la compra. Los diésel cada vez son más complejo y caros y ese incremento de precio tiene más peso en coches de menor precio y ahí es donde empiezan a ser poco o nada competitivos y cada vez irá afectando a coches que cuestan más.
Incluso en compactos los diésel en julio los diésel han vendido casi lo mismo que los gasolina. De todas formas, se ve que cuanto más caro es el coche, más diésel se vende. Entiendo que el menor consumo de los gasolina, unido a un coste de mantenimiento cada vez mayor en los diésel, hace que el valor del menor consumo y coste de combustible del gasóil pierda peso a la hora de comprar y no compense el precio de compra más alto.
Pero en coches caros, donde la diferencia en consumo es mayor, el coste de mantenimiento importa menos, la diferencia de precio es menos relevante frente al precio total del coche y el uso pueda adaptarse más al diésel, pues aún mantiene la ventaja para los petroleros.
Esto se ve muy claro con los SUV. En compactos, el diésel ha vendido un 16% más hasta agosto. En los SUV compactos, la diferencia es del 39%.
Entre los utilitarios (Clio, 208), en turismos es al revés, los gasolina se venden un 323% más. Más del triple. Pero en los SUV pequeños (Captur, 2008), la diferencia es de menos del 7%.
En coches más caros, los diésel son legión. Por ejemplo, en el segmento D (A4, Mondeo...) el diésel vende 8 veces más. En el F (clase E, Serie 5) son casi 12 veces más.
Entre los SUV tipo Kodiak, Forester, 5008.... la diferencia es de casi 6 veces.
En fin, que es una evolución lógica. Los coches gasolina, cada vez consumen menos y el consumo es menos importante a la hora de decidir la compra. Los diésel cada vez son más complejo y caros y ese incremento de precio tiene más peso en coches de menor precio y ahí es donde empiezan a ser poco o nada competitivos y cada vez irá afectando a coches que cuestan más.
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