[DILINGER]

No me parece justo que porque unos hayan decidido saltarse los cauces legales se deba prohibir a todos los partidos indepes.

No, pero al fin y al cabo, los nacionalismos me parecen un cáncer en general y es una ideología egoísta y negativa, que busca el beneficio ideológico de una pequeña parte a costa del perjuicio objetivo para el resto.

Yo lo prohibiría porque defender algo que no tiene encaje ni lo tendrá en nuestras leyes, no tiene sentido. Solo sirve para alimentar tensiones y crear falsos conflictos que minan la convivencia. Si en España no hubieran existido los nacionalismos, creo que tendríamos una sociedad más justa y vertebrada. Entiendo que desde las regiones de España más ricas o más favorecidas gracias al nacionalismo y el poder injusto que da en Madrid, tener un partido que solo vela por el bien de una parte de los Españoles, esto no pueda caer bien, pero creo que si el nacionalismo es algo cultural, algo ligado a los sentimientos de los pueblos, puede existir un encaje perfecto de respeto, tolerancia y preservación de cualquier manifestación cultural que haya en España sin la existencia de partidos políticos nacionalistas.

Pero al final, los conflictos no son por no poder usar una lengua, perder fiestas, tradiciones... sino por querer utilizar eso como arma política de diferenciación, por la que unos se creen pertenecientes a una cultura superior al resto y eso ha de significar más dinero, más poder, más competencias, menos solidaridad con el resto. Para mí y ya lo dije, las leyes deberían de ser iguales para todos, las fundamentales al menos, económicas, educativas, de justicia o sanitarias, aunque luego cada región lo gestione como considere. Y luego, que haya competencias en cada territorio para adaptar la gestión a las peculiaridades de cada sitio, como temas medioambientales, de costa, fluviales, o culturales como la lengua.

A mí si me preguntan, diría que se acabase no con los independentismos, sino con los nacionalismos. Me parece una ideología insolidaria, excluyente y obsoleta, surgida de la necesidad de controlar a los pueblos cuando se acabó el sistema de súbditos ante reyes que lo eran por voluntad divina. Un invento humano maquiavélico que solo ha traído desgracias.